Bogotá te está esperando
La iniciativa de un turismo alternativo y social en Bogotá conlleva a una exploración del lugar junto con un entendimiento de este y de sus actantes. Decidimos partir de la práctica de intercambio de conocimiento (iNaturalist) y la práctica de crear cambio de Change.org. Compartir conocimiento en este caso se trata de mostrarle a extranjeros y colombianos lugares ciertas veces olvidados pero representativos de Bogotá. Crear un cambio recae en el querer crear un turismo que se basa en conocer a las personas del lugar, saborear la comida, entender por completo la cultura del lugar desconocido. Bogotá Chirriada fue creada con el fin de crear una nueva experiencia turística por la ciudad en la cual se encuentran guías, vendedores de mercado --entre ellos campesinos-- creadores de huertas urbanas, extranjeros, cachacos, la ciudad y la naturaleza. Durante estos recorridos se transmite el valor cultural criollo a través de una inmersión en lugares auténticos y se intentan recuperar las tradiciones cachacas. Este recorrido guiado por ciertas partes de la ciudad está destinado principalmente para personas curiosas y que no buscan un turismo lujoso en términos monetarios sino un turismo lujoso en términos de aprendizajes y creación de relaciones. ¿Cómo potencializar este tipo de turismo alternativo y social en los bogotanos, sacándolos de su zona de confort y creando nuevas experiencias culturales?
Desde la presentación de un escenario posible pero no preferible, buscamos proponer espacios de reflexión con el fin de construir una Bogotá soñada que genere sentido de pertenencia a partir del fortalecimiento de relaciones entre bogotanos, bogotanas, espacios construidos y naturaleza para reconstruir el imaginario que se tiene de la ciudad.
Escenario planteado
Bogotá cerrada al exterior hasta nuevo aviso.
En el 2030 se decretó que Bogotá era una entidad viviente que sostenía otras formas de vida. Se convirtió en un sujeto de protección especial que tenía derecho a ser protegido, conservado y restaurado. Por ende, la Corte Constitucional reconoció el derecho de las comunidades de administrar y ejercer control de manera autónoma sobre los territorios y los recursos naturales que conformaban la ciudad. Con el fin de priorizar la vida de la ciudad, se lanzó un plan de acción en el cual se planteaba el cierre de la ciudad a su exterior, ubicándola en estado de aislamiento. Toda persona, planta, animal u objeto que se encontrara dentro del área limítrofe de Bogotá distrito capital, no podría salir de esta por un tiempo indefinido; así mismo nada externo a la ciudad podría ingresar.
Después de un año de haber instaurado el decreto, los ciudadanos son conscientes de los valores que estaban escondidos o invisibilizados de la ciudad y que muchas veces, se habían creado a partir de la mezcla de lo natural y lo construido. Tienen una nueva visión de Bogotá y encontraron un nuevo tipo de turismo que se centra en la ciudad misma y en las transformaciones que se dieron durante este aislamiento.
Además, la ciudadanía se centra en el compromiso y respeto hacia el espacio en el que habitan, manejando autónomamente los recursos que la ciudad dispone y dándole importancia a lo existente y a lo futuro. Para que esto fuera posible, el bogotano tuvo que aprender a convivir con su ciudad, ajustando su ciudadanía a esta.
Hasta el momento no se sabe la fecha de reapertura de la ciudad, pero ya los ciudadanos empiezan a pensar en las consecuencias y las oportunidades de cuidado, reparación y transformación a largo plazo.
Conclusiones
Los ciudadanos bogotanos tienen unas costumbres, unos hábitos y una rutina. Este día a día es diferente para cada persona y varía según donde vive este, como se mueve por Bogotá, que le gusta y que hace y en relación a los actantes no humanos que lo rodean. Al plantear un escenario en el que no hay manera de salir de Bogotá, y que nada más pueda entrar, se reta la manera de vivir dentro de la ciudad. Hay que vivir con lo que se tiene, comer de lo que hay adentro, tener tiempos de recreación y ocio sin salir de la ciudad. Las costumbres de unos serán el turismo de otros. Turista es todo aquel que es ajeno a una vivencia en un espacio, y dentro de la misma ciudad, existen turistas. Si se abren los ojos y se dirige la mirada a una Bogotá que lo tiene todo, todo se va a encontrar. Sin embargo para dirigir esta mirada se necesita responsabilidad y acción individual.
De esta manera surge el artefacto que consta de una tecnología que al ser inmersa en el contexto del medio de transporte del transmilenio, que es una línea venosa por donde fluye la sangre de Bogotá, es decir por donde se mueven en masa los ciudadanos, genera acción y reflexión por medio de historias de la cotidianidad de distintos ciudadanos.
Universidad de los Andes
Estudio 4
2019-1
