Final project at Escuela Industria: El no varón
Contextualizados en un país pionero en leyes de identidad de género, matrimonio igualitario y políticas de inclusión social a minorías sexuales; desde el diseño gráfico y la comunicación, ¿lo único que hicimos en este tiempo es seguir generando estereotipos que no ven más allá de la postura binaria?
Lo binario explica que por naturaleza solo hay dos figuras sexuales: lo masculino y femenino. Figuras interdependientes y que se encuentran en la naturaleza. Se descarta lo contradictorio, lo mixto, lo ambiguo y se estructura una realidad con límites claros y precisos. O se es macho o se es hembra. No hay tercera opción y, si la hay, es monstruosa.
Cuando está en juego la ruptura del binario hablamos de algo mucho más profundo que de masculino vs. femenino. Hablamos de la diversidad sexual en sus múltiples figuras. Lo contrario a varón no es mujer, sino no varón.
Muchos postulan que desde el diseño se tiene que dar una respuesta sencilla a los problemas, para mi, debería cuestionar los estándares y complejizarlos ¿por qué quedarnos solo con una postura binaria masculino/femenino? ¿por qué solo recurrir al rosa y al celeste? ¿por qué no acompañamos las políticas de inclusión que nos rodean?
Siguiendo estos parámetros: una tipografía masculina ¿necesariamente tiene que ser categorizada como gruesa, dura o pesada? y por lo tanto, la femenina ¿es delicada, suave o liviana?
¿No hay lugar para hibridaciones, mixturas, ambigüedades?.
Lo binario explica que por naturaleza solo hay dos figuras sexuales: lo masculino y femenino. Figuras interdependientes y que se encuentran en la naturaleza. Se descarta lo contradictorio, lo mixto, lo ambiguo y se estructura una realidad con límites claros y precisos. O se es macho o se es hembra. No hay tercera opción y, si la hay, es monstruosa.
Cuando está en juego la ruptura del binario hablamos de algo mucho más profundo que de masculino vs. femenino. Hablamos de la diversidad sexual en sus múltiples figuras. Lo contrario a varón no es mujer, sino no varón.
Muchos postulan que desde el diseño se tiene que dar una respuesta sencilla a los problemas, para mi, debería cuestionar los estándares y complejizarlos ¿por qué quedarnos solo con una postura binaria masculino/femenino? ¿por qué solo recurrir al rosa y al celeste? ¿por qué no acompañamos las políticas de inclusión que nos rodean?
Siguiendo estos parámetros: una tipografía masculina ¿necesariamente tiene que ser categorizada como gruesa, dura o pesada? y por lo tanto, la femenina ¿es delicada, suave o liviana?
¿No hay lugar para hibridaciones, mixturas, ambigüedades?.
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