El objetivo
La Vieja Fábrica, una marca legendaria con una identidad muy personal de tradición, calidad y confianza, con un proceso de fabricación artesanal que no ha necesitado representar en sus productos la imagen de sus ingredientes seleccionados de primera calidad, plantea el reto de mostrar, para adaptarse y conectar con la demanda de las nuevas necesidades, la mejor mermelada sin trozos de fruta ni semilla: “La Crema de las Mermeladas”.
La Vieja Fábrica Cremosa, es la primera mermelada con una textura increíblemente cremosa, fácil de untar, pensada para toda la familia, ideal para acompañar desayunos y meriendas, para convertir cualquier postre o dulce en algo absolutamente delicioso e irresistible y trasmitir todo el sabor y la calidad de siempre.
La solución
El reto estaba servido. Crear una nueva submarca y una etiqueta, con una nueva imagen para un producto distinto y un consumidor acostumbrado a otros códigos visuales, pero dentro de la misma familia.
¿Cómo?: fue plantear la nueva submarca “Cremosa”, con una tipografía cercana y artesanal, incorporándola a la marca de La Vieja Fábrica pero haciéndola más trasparente, para ver a través de ella el sabor y la calidad de La Vieja Fábrica, y así transmitir desde esa ventana el mundo de donde vienen sus frutas, escogidas y seleccionadas para hacer la mejor Crema de las Mermeladas.
Con esa imagen de mesa y de los ingredientes, mostrar sobre la rebanada, la suave textura y la cremosidad irresistible. El resultado es una nueva imagen que refleja y trasmite a través de los valores de La Vieja Fábrica, un nuevo producto que hará las delicias de sus consumidores para disfrutar y aplicarla a lo que quieran según su imaginación.
