Torres Blancas
Icono de la arquitectura organicista y diseñada por Francisco Javier Sáenz de Oiza fue una de las estructuras de hormigón más innovadoras y complicadas de la época. La torre se compone principalmente de viviendas, dejando las últimas plantas para uso comercial, sala de exposiciones y piscina en cubierta.
Oiza buscó diseñar una torre que rompiera con las convenciones típicas de la arquitectura residencial de la década de los 60.
Como resultado creó una forma que se asemeja a los patrones de crecimiento orgánico de los árboles. Para ello dispuso los volúmenes principales cilíndricos y en torno a estos fue construyendo la planta de las viviendas con formas más rectas en su interior y formas curvilíneas y circulares en la zona exterior de los balcones. En la parte alta el edificio se expande en varias plataformas circulares dándole ese llamativo remate visual.
