Serie fotográfica - Oculta. Leyendo(me) entre líneas.

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Oculta. Leyendo(me) entre líneas

Siempre me ha interesado la fotografía desde una perspectiva artística; una fotografía muy de autor, íntima y muy personal en cuanto a que siempre nace de experiencias propias, o surge como consecuencia de una situación o de un sentimiento o circunstancia concreta. Explorar todas aquellas cosas que me obsesionan, seducen y atraen, para plasmarlas en mis imágenes, me lleva a desarrollar en este proyecto parte de mi trabajo como artista, pero desconozco cómo y hasta qué punto puedo seguir estas líneas que evolucionan, sin saber si llegaré a una respuesta que despeje la incertidumbre que conlleva la creación artística, porque considero que todo puede cambiar dentro de un año o en un segundo. Me interesan las series fotográficas narrativas y poéticas, ya que me permiten contar historias dejando que el espectador pueda terminarlas a su manera leyéndolas entre las líneas que quedan ocultas en ellas.

Trato temas en los que encuentro una manera de ver y explorar mi interior, que al final considero que son otra pieza más en ese proceso de búsqueda reflexiva e introspectiva. Son cosas que me llaman la atención y que suelen tener fuerza en sí mismas, pero también cuentan con esa fuerza global que me permite plantearlas como poemarios visuales. Creando así atmósferas sombrías, cargadas de sentimientos y emociones, dotándolas de gran sensibilidad, fragilidad y delicadeza a la vez que crudeza. Es en ese equilibrio donde considero que existe
la belleza.

Para mí, fotografía y poesía van completamente ligadas porque la sensibilidad con la que hago fotografías, es la misma con la que leo poesía y creo que el lenguaje poético va mucho más allá de las letras y de los versos.

A veces, una persona que vivió en el otro lado del océano y que no tiene absolutamente nada que ver con tu realidad puede haber sentido algo como tú, y sobre todo, puede contar con imágenes una emoción que sientes y no sabes explicar; creo que la sensación de que alguien esté mostrando lo que tu sientes sin antes ser consciente de que lo sentías, es tan bonita que hace que me enamore de la fotografía.

Todo lo que hacemos, decimos, observamos, pensamos, tocamos, experimentamos, conocemos, o incluso intereses pasados, hacen que en algún momento ese “chip emocional” se active y se modifique, estando así en constante cambio. Por lo que este proyecto forma parte de ese propio cambio. El autorretrato me ha permitido ver mi evolución como persona y artista y así es como quiero seguir proyectándome.

Dicho esto, considero que cuando intentamos explicar un proyecto artístico, cuando intentamos encorsetarlo demasiado, muchas veces lo que hacemos es condicionarlo. Es como si ahora las obras no tuviesen que emocionar por sí mismas, sino que emocionan en el momento que tú las legítimas, en el momento en que las explicas y cuando las explicas, adquieren sentido. Yo quiero unas fotografías que me emocionen, que cuenten, quiero ver una fotografía
y vibrar.

Proceso de creación de la imagen pictórica en una de las fotografías

Este proceso suelo dividirlo en tres fases: “Dodge and burn”, “Separación de frecuencias” y “Pintura digital”.

Con el “Dodge and burn”, trato de una manera delicada, resaltar las iluminaciones y marcar las sombras en las imágenes. Intento que este proceso sea lento y pensado a la vez que intuitivo y esto es algo esencial en todas las fases de esta edición, que considero que son parte de un juego. La “Separación de frecuencias” es algo que suele usarse mucho en el retoque de fotografías. En este proceso se separa la textura de la piel, del color, lo que hace que quede muy natural, eliminando defectos, imperfecciones o iluminaciones para dejar el aspecto mate. Este proceso no solo lo utilizo en la piel, sino que también lo hago en pelo, telas, incluso en elementos. Esta separación de frecuencias añade un efecto de desenfoque que hace que el efecto de autorretrato pictórico sea mucho más creíble. Por último, la pintura digital. La pintura es una técnica que me gusta mucho por su “perfecta” imperfección y ese juego de intuiciones, por lo que al añadirla a las fotografías que realizo, considero que adquieren muchísimo más interés. Al igual que pinto un cuadro, hago con esta pintura digital, comienzo a dar color y vida donde no lo hay. Para finalizar este proceso, añado una textura para aportar un aspecto de homogeneidad al fondo y a la fotografía.

Una vez considero que la imagen está terminada, paso a la edición de color en Lightroom, donde vuelvo a corregir la temperatura, saturación, intensidad, iluminaciones, sombras, blancos, negros, todos los colores según el tono, saturación y luminancia que me interese dar a cada uno y, por último, añado unos puntos de granulado y enfoque.
Y con esto doy por terminada la fotografía.