El portugués de 36 años, actual delantero en la Juventus de la Serie A italiana y de la selección de Portugal es frecuentemente considerado como uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. Siendo también una de las figuras más mediáticas de la ultima década, el “Bicho”, a conseguido de hacerse de récords únicos en el mundo del fútbol profesional, entre los que destacan la obtención de 3 UEFA Champions League de forma consecutiva, ser el actual máximo goleador del fútbol profesional y también ser el mayor anotador en la historia de la Liga de Campeones de la UEFA.

Los logros de Cristiano fueran imposibles de entender sin su espectacular físico y capacidad atlética, sorprendente, incluso para un futbolista profesional. Una altura sobre los 1.85 metros y los 83kg (183lbs) de peso, le han ayudado al portugués a anotar 763 goles y ganar 33 títulos. Y tan impresionante como sus números, es su resistencia a las lesiones, desde que debutó en 2002, Cristiano sólo sufrió una lesión de gravedad (con el Manchester United en 2008 y únicamente se perdió 11 juegos), a partir de ese momento, en 13 años han sido sólo 42 partidos los que se perdió por lesión.

Tal es la fascinación que el portugués genera, que un grupo de expertos en ciencias del deporte se dieron a la tarea de entender que era lo que hacía a CR7 tan especial, y la respuesta la encontraron en su cuerpo. En palabras del propio Cristiano, el secreto de su éxito radica en el cuidado tan especial que le dedica a su físico; una dieta balaceada, rutinas de entrenamiento estrictas, horarios de descanso y recuperación adecuados y, en especial, el deseo de ser mejor cada día.

Por normal general, los mejores años en la carrera de un futbolista son vividos antes de los 30 años. El tiempo no pasa en vano, y Cristiano ha perdido la velocidad y el regate que tanto le caracterizó la mayor parte de su carrera, sin embargo, desde que cumplió 30, CR7 ha anotado 300 goles en 326 partidos, es decir, 50 goles por año durante los últimos 6 años, cifra solo igualada por el máximo rival del nacido en Portugal, Leo Messi, ambos son como un buen vino.

El cuerpo de un atleta de alto rendimiento es su templo, es la mejor arma, el mejor aliado y la forma en la que se ganan la vida. Para Cristiano esto es una ley sagrada, un decreto que de haberse roto, quizá no tendríamos al Cristiano Ronaldo que todos conocemos.

Al luso lo podemos catalogar como el ejemplo del futbolista a seguir, ¿Cuántos casos de jugadores grandiosos que brillaron un tiempo y luego desaparecieron por inconsistencia no hemos vivido? El gusto se podrá decantar más por Messi que por Cristiano, pero no se puede hablar de historia del fútbol sin mencionar al nacido en Madeira, de Ronaldo sin mencionar a su cuerpo, de su cuerpo sin mencionar la exigencia y el esfuerzo que el delantero de la Juventus le ha dedicado a su formación.

El mejor activo de Cristiano es su físico, ha aprendido que con los años perdió esa velocidad y regate para sortear rivales, ha sido inteligente para evolucionar su forma de jugar, de ser un velocista a ser un rematador. De ser un conductor de ataque a ser un “killer”. Cristiano aprendió que la mejor forma de mantenerse en la élite era cuidar y mantener el que toda la vida fue su mejor compañero, su cuerpo.

Cristiano es el ejemplo perfecto de que lo importante no es llegar, sino, saber mantenerse. A pesar de todas las adversidades a lo largo de su carrera, el luso ha demostrado una fortaleza física y mental por encima del promedio humano. El portugués es una maquina competitiva, es un ganador por naturaleza.

¿Es Cristiano Ronaldo entonces, el ejemplo del futbolista perfecto? Física y mentalmente sí, tiene todo lo necesario para ser considerado como tal. Cristiano es el modelo que todos los jóvenes futbolistas deben aspirar a ser. CR7 es patrimonio del fútbol, top 5 de toda la historia, no solo por todo lo que ha conseguido, sino el cómo, y el tiempo que ha dedicado a convertirse en quien es hoy en día.