CLAUDIO ARÉVALO | Disco Solista
Las canciones del disco solista de Claudio Arévalo me hablan del sentir, de las experiencias del ser, los dolores que transitamos y nos transforman
INSPIRACIÓN / PROCESO CREATIVO
A lo largo de la vida vamos encontrándonos con diferentes temas que van siendo parte de nuestro "background conceptual", es así cómo me reencuentro con el arte japonés del Kintsukuroi* y la analogía que se puede realizar con las experiencias dolorosas que vivimos cómo personas.
Cómo esta analogía pertenece a otra cultura encuentro la forma de relacionarla a la nuestra desde la decoración. En este ámbito algunos objetos adquieren valor a través del desgaste que sufren con el paso del tiempo, también hay algunos que trascienden y se vuelven representantes de una época o lugar determinado. Dentro del valor agregado que adquieren objetos cotidianos su funcionalidad se ve alterada y toman un rol contemplativo, cómo elementos decorativos de un espacio, por ejemplo herraduras, jarros, cuerdas, etc.
La música del disco de Claudio Arévalo me lleva al imaginario del folklore chileno, de aquí es dónde pienso en el "lechero enlozado" un objeto que trasciende y lo transformo en un objeto de decoración, sacándolo de su uso cotidiano y presentándolo cómo un florero, un elemento contemplativo.
Dentro de mi imaginario las plantas representan los sentimientos y emociones, que brotan.
En este caso representé plantas "medicinales" y presentes en nuestra flora nacional, ya que las canciones hablan desde un presente alegre, recordando momentos más difíciles, que me dan a entender que se atravesó un momento de sanación.
*kintsukuroi: Es el arte japonés de recomponer lo que se ha roto. Cuando una pieza de cerámica se rompe, los maestros kintsukuroi la reparan rellenado las grietas con oro o plata, resaltando de este modo la reconstrucción, porque una pieza reconstruida es símbolo de fragilidad, pero también de fortaleza y de belleza.
